España no puede perder su talento

Abr 28

Intervención de Rosa Díez en la presentación de Ramón Marcos, candidato de UPyD a la Presidencia de la Comunidad de Madrid en Nueva Economía Forum

Tengo el honor de presentarles a ustedes a Ramón Marcos Allo, candidato de Unión Progreso y Democracia a la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Conocí a Ramón hace más de diez años, cuando él vivía en Barcelona y trabajaba como letrado en la Seguridad Social. Me lo volví a encontrar cuando formamos Unión Progreso y Democracia, allá por el otoño del año 2007. Siempre fue un hombre sensato, riguroso, comprometido, con un afán de servicio público verdaderamente ejemplar. Quienes han seguido su actividad parlamentaria en la Asamblea de Madrid pueden atestiguar que mis palabras se corresponden con la realidad.

Aunque el turno de presentación del ponente ha de ser breve, déjenme que esboce por qué los madrileños harían un buen negocio votando a este hombre que encabeza la candidatura de UPyD.

Si alguna lección debemos extraer de la crisis es que esta está en directa relación con la débil competitividad de nuestro país y con la baja calidad democrática de nuestras instituciones. Lo diré de otra manera: superar la crisis económica requiere que España deje de estar en la cola de los países más competitivos del mundo (puesto 36 de 144, sólo Portugal, Italia y Grecia, de los europeos, por detrás) y para conseguirlo es imprescindible mejorar la calidad democrática de nuestras instituciones.

Tal y como se señala en el libro «Por qué fracasan los países», los países no progresan por disponer de mayores recursos naturales o mejor clima o ubicación geográfica… La causa que determina el éxito o fracaso de una economía, de un país, reside en la calidad de sus instituciones. Los autores de este famoso libro ( Acemoglu y Robinson) distinguen dos tipos de instituciones: las extractivas, es decir, aquellas instituciones ineficientes, corruptas, de redes clientelares, de amigotes «concursando» por el dinero público en los palcos de los estadios de fútbol… que son las que hacen fracasar un país. Y las inclusivas, aquellas cuyo objetivo es maximizar el bienestar social y no principalmente el bienestar de los individuos que forman las instituciones; estas son las que hacen crecer a un país. Les adelanto ya que a nuestro juicio las instituciones del bipartidismo, el viejo y el nuevo -que ha sustituido los dos partidos por los dos bloques- son las malas.

Por supuesto ustedes pueden pensar que tengo un interés personal y por tanto un juicio sesgado en torno al tema que nos ocupa. Pues no, son datos objetivos. Según el Foro Económico Mundial, en malversación de dinero público, España se sitúa al mismo nivel que Tanzania, Nepal, Panamá, Pakistán o Italia; en favoritismo en las decisiones de los responsables políticos, compartimos ranking con Argelia, Kenia o Gana. En relación a la independencia del poder judicial estamos situados al nivel de Bolivia, Costa de Marfil, Tanzania o México. En relación a la trasparencia del Gobierno, estamos inmediatamente detrás de Malawi, Kuwait y Ucrania.

Tampoco es que todo sea malo, sin duda somos buenos generando talento, el problema es que somos mejores perdiéndolo. Este hecho también tiene que ver mucho con nuestras instituciones y con la selección de las élites que gobiernan este país. Según el Foro Económico Mundial nuestra capacidad de retener talento es la misma que la de Sri Lanka.

No voy a seguir comentando otros indicadores, pues no es mi idea propiciar ni lo morboso ni el autocastigo, pero es importante tener claro que estos indicadores nos están señalando que estamos más cerca de tener instituciones extractivas (las malas) que inclusivas (las buenas). Con estas instituciones hacer negocios o emprender una actividad económica es casi heroico, no tanto para las empresas del IBEX35, pero sin ninguna duda para las pequeñas y medianas empresas.

Disponer de buenas instituciones es fundamental para que un país sea competitivo. Los mercados necesitan instituciones fuertes y eficientes que los apoyen: reglas que determinen la propiedad, tribunales que hagan cumplir los contratos, regulaciones comerciales para proteger a los vendedores y a los compradores, marcos macropolíticos para hacer frente y facilitar el ciclo económico, normas de prudencia y supervisión para mantener la estabilidad financiera, prestamistas de última instancia para evitar pánicos financieros, reglas de salud, seguridad, trabajo y medio ambiente que garanticen el cumplimiento de las normas públicas, programas de compensación para calmar a los perdedores, protección social para proporcionar ciertas garantías ante los riesgos de los mercados, un sistema de tributación fiscal justo entre individuos y entre regiones… En definitiva, necesitamos instituciones estables, fiables y confiables que no sean fuente de arbitrariedad sino que reduzcan la inestabilidad y la incertidumbre y promuevan el progreso para las personas y para el país.

Pero las instituciones no son entes abstractos que funcionan de una u otra manera en base a factores exógenos. Las instituciones están formadas por personas que toman las decisiones que las caracterizan, que las convierten en extractivas o inclusivas, en buenas o malas. Por eso les decía que los madrileños harían un buen negocio votando a personas como Ramón Marcos. Porque él ya ha demostrado, como el partido a quien representa, que está en política para cambiar la vida de los ciudadanos, para regenerar la democracia y para defender la libertad y la igualdad de todos sus conciudadanos, especialmente de aquellos que más necesitan de la ayuda del estado y de sus instituciones. Ha demostrado su capacidad y su entrega; ha demostrado su rigor personal y su valor para enfrentarse con las dificultades; ha demostrado que tiene ideas, que tiene equipo y que tiene ambición de país.

Por eso estoy segura que a partir del día 24 Ramón Marcos y su equipo seguirán trabajando para que los corruptos lo tengan peor en Madrid y para que los despilfarradores tengan muchas menos oportunidades. A partir del día 24 habrá un grupo parlamentario en la Asamblea de Madrid que seguirá luchando por ese Madrid que los ciudadanos se merecen, el Madrid 5.0 : 5% Paro; 5% Fracaso escolar; 5% inversión I+D+i; 5% incremento PIB. Y 0% Corrupción; 0% Pobreza; 0% decisiones que contribuyan a romper la convivencia.

Con Ramón Marcos les dejo.

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